por Robert Tisserand, traducido por Emiliano Rodriguez
Este artículo combina dos artículos del Instituto Tisserand y han sido autorizados por escrito por el autor para ser traducido por mí y publicado en el Instituto AromaCiencia.
Link al artículo original en inglés: https://roberttisserand.com/wp-content/uploads/2016/01/TeaTreeAndLavenderNotLinkedToGynecomastia.pdf
Introducción:
En 2007, se alegó una correlación entre productos comerciales que contenían aceites de lavanda y árbol de té y el crecimiento mamario en niños pequeños. Se observaron tres casos en niños de 4 a 7 años que habían estado usando dichos productos. En cada caso, el crecimiento mamario se redujo a parámetros normales varios meses después de dejar de usarlos. Pruebas de laboratorio posteriores demostraron que ambos aceites esenciales tenían propiedades similares a las del estrógeno (Henley et al., 2007).
En el informe, no se proporcionó información sobre ninguno de los ingredientes del producto y existe poca información sobre su uso. No se realizó ningún análisis para confirmar o descartar la presencia de componentes de aceites esenciales.
Caso uno:
En el primer caso, “La madre del paciente informó haber aplicado un “bálsamo cicatrizante” con aceite de lavanda en la piel poco antes de la primera aparición”. No se proporcionan más detalles sobre el producto ni su uso, pero un bálsamo cicatrizante parece ser algo que solo podría aplicarse en una pequeña área de la piel. De ser así, es improbable que algún ingrediente hubiera entrado en la sangre del niño en una concentración suficiente como para causar ginecomastia en un corto período de tiempo.
Caso dos:
En el segundo caso, se aplicó un gel fijador al cabello y al cuero cabelludo todas las mañanas, junto con el uso regular de un champú. Tanto el aceite de árbol de té como el de lavanda se citan en la lista de ingredientes de ambos productos.
En un informe posterior publicado en un sitio web, se afirma que los dos productos capilares utilizados en este caso fueron fabricados por Paul Mitchell® y que fueron analizados por la competencia.
Se afirmó que el champú contenía “concentraciones muy bajas” de aceite de árbol de té, y que su contenido en el gel fijador era “prácticamente indetectable”. No se verificó la concentración de aceite de lavanda (Neustaedter, 2007).
Se ha estimado que la absorción dérmica de la fragancia de un champú es 80 veces menor que la de una loción corporal (Cadby et al., 2002), y los componentes del aceite de árbol de té se absorben deficientemente por la piel humana. En un estudio, solo el 3% del volumen de aceite esencial, aplicado en una concentración del 20% en etanol, se absorbió en un período de 24 horas (Cross y Roberts, 2006). Si el informe del sitio web es fiable, considerando que el champú es un producto que se enjuaga y que la cantidad de aceite de árbol de té en el gel era insignificante, se puede descartar al aceite de árbol de té como posible causa de la ginecomastia de este niño. Sin embargo, el uso abundante de un gel rico en aceite de lavanda podría resultar en una absorción dérmica moderada de sus componentes (Cal, 2006).
Caso tres:
El tercer caso se refería a un jabón con aroma a lavanda y al uso intermitente de lociones cutáneas comerciales con aroma a lavanda. Esto parece indicar que no hay mucha presencia de aceite de lavanda natural. Dado que el jabón es un producto que se enjuaga y el uso de las lociones para la piel se describe como intermitente, resulta dudoso que se haya producido una absorción significativa de los componentes del aceite de lavanda.
Dado que la absorción dérmica de la fragancia del jabón es unas 266 veces menor que la de la loción corporal, es prácticamente imposible que la fragancia de un jabón se absorba en cantidad suficiente como para causar algún efecto fisiológico (Cadby et al., 2002).
Resulta de gran interés la afirmación de que, en este tercer caso, un gemelo fraterno utilizó las mismas lociones para la piel, pero no el jabón, y no desarrolló ginecomastia. Sería razonable suponer que, dado que el jabón no pudo ser responsable del efecto, y dado que el gemelo utilizó las lociones sin ningún problema, la ginecomastia en este tercer caso debió deberse a alguna causa distinta a los aceites esenciales.
Pruebas in vitro:
La evidencia in vitro muestra efectos de alteración endocrina débiles pero definitivos tanto para los aceites de lavanda como para los de árbol de té. El segundo caso fue el único en el que se vio involucrado el aceite de árbol de té. Se analizó el aceite de árbol de té por considerarse “químicamente similar” al aceite de lavanda. Sin embargo, aparte de que ambos son aceites esenciales, tienen muy poco en común químicamente. No se proporciona la composición de los aceites esenciales analizados, ni ninguna otra información sobre ellos, salvo el proveedor. Dado que no parecen ser de cultivo orgánico, es posible que contengan biocidas.
Discusión:
Es inusual que en estos informes no se mencionen los productos sospechosos de ser responsables de los efectos en cuestión. En estas circunstancias, también resulta curioso que no se citaran los ingredientes etiquetados. Es aún más sorprendente que no se intentara determinar, retrospectivamente, si se detectaban componentes de aceite de lavanda o aceite de árbol de té, y, de ser así, en qué concentraciones. Si no se nombran los productos, nadie más puede analizarlos.
Investigaciones posteriores han confirmado que el aceite de árbol de té muestra una débil acción estrogénica in vitro en células MCF-7 (Nielsen, 2008). Sin embargo, ninguno de los componentes del aceite de árbol de té que penetran en la piel humana (terpinen-4-ol, α-terpineol, 1,8-cineol) actúa como estrógeno, ni solo ni en combinación; de hecho, el α-terpineol es anti estrogénico (Cross et al., 2008; Nielsen, 2008; Reichling et al., 2006). El aceite de árbol de té no potencia la penetración cutánea y, en un estudio, redujo la cantidad de otras sustancias (ácido benzoico y methiocarb) que atraviesan la barrera dérmica (Nielsen y Nielsen, 2006). Los dos componentes principales del aceite de lavanda, el linalol y el acetato de linalilo, son absorbidos por la piel humana (Jäger et al., 1992). Sin embargo, la absorción transcutánea de las fragancias requiere cierto tiempo. La cantidad que podría llegar a la sangre desde un producto de enjuague, como un champú o jabón, es insignificante, debido a que el tiempo de contacto con la piel es muy corto. La absorción cutánea de los componentes del aceite de árbol de té y del aceite de lavanda se mide en horas en lugar de minutos, y en algunos casos, incluso los productos sin enjuague tienen una penetración dérmica mínima (Cal 2006, Reichling 2006).
No se intentó identificar el componente o los componentes responsables del efecto in vitro, pero es razonable esperar que cualquier acción hormonal en un aceite esencial se deba a uno o dos componentes, o incluso a contaminantes. Cabe destacar que, si bien se han reportado previamente efectos hormonales in vitro de los componentes de los aceites esenciales, estos son generalmente muy débiles y se han estimado como al menos 10 000 veces menos potentes que el 17βestradiol (Howes et al. 2002). Una actividad muy débil es típica de los estrógenos de origen vegetal (Chadwick et al. 2006).
No hay evidencia de que el efecto observado in vitro se produzca in vivo, y se necesita mucha más investigación antes de poder llegar a tal conclusión. El informe menciona que ninguno de los niños había estado expuesto a ningún disruptor endocrino conocido, como medicamentos, anticonceptivos orales (!), marihuana o productos de soja. Sin embargo, no se mencionan otros disruptores endocrinos conocidos, como pesticidas organoclorados, PCB, dioxinas policloradas, alquilfenoles, ftalatos y parabenos (Darbre 2006). Se han encontrado pesticidas y ftalatos en aceites esenciales, y tanto los ftalatos como los parabenos son comunes en productos cosméticos.
Se ha identificado que los productos de cuidado personal contribuyen a la carga corporal de ftalatos en hombres adultos (Duty et al 2005); los ftalatos se encuentran comúnmente en productos cosméticos y son posibles disruptores hormonales (Darbre 2006). El DEHP, por ejemplo, tiene efectos disruptores hormonales tanto en ratas macho como hembra (Lovekamp-Swan y Davis, 2003; Parks et al., 2000). Se encontraron altos niveles de varios ftalatos en la sangre de 28 de 41 niñas prepúberes (68 %) con desarrollo mamario prematuro, en comparación con solo 1 de 35 personas de control (3 %) (Colón et al., 2000).
Por lo tanto, es totalmente posible que otros ingredientes o contaminantes de los productos causaran la ginecomastia. Los pesticidas, los PCB y las dioxinas se encuentran en el medio ambiente, a menudo en los alimentos, y también es posible que un aumento local de disruptores hormonales ambientales causara estos casos en Colorado, EEUU.
Conclusiones:
Como indica el informe, el crecimiento mamario en niños prepúberes es extremadamente infrecuente; sin embargo, se reportaron tres casos en un corto período de tiempo, todos en la misma clínica. Considerando que se producen unas 200 toneladas anuales de aceite de lavanda y de árbol de té, que la mayor parte se destina a productos de cuidado personal y que muy poca de la evidencia presentada para estos tres casos es convincente, las primeras advertencias de la prensa fueron prematuras, al igual que las que se encuentran actualmente en muchos sitios web.
Incluso si uno o más de estos casos estuvieran relacionados con el uso del producto, no se ha demostrado ninguna conexión con el aceite de lavanda o de árbol de té. Otros ingredientes disruptores endocrinos presentes en los productos podrían haber influido. Además, se desconoce qué otros factores, como los dietéticos o ambientales, podrían haber influido.
El estudio in vitro publicado por Henley et al. (2007) indica un efecto hormonal. Sin embargo, esto no puede extrapolarse para estimar el riesgo real en humanos, especialmente sin conocer más sobre los componentes de los aceites esenciales que causan los efectos in vitro observados, las cantidades aplicadas al cuerpo y su biodisponibilidad.
No se estableció ninguna conexión entre el trabajo in vitro y los tres casos, y la evidencia de que el aceite de árbol de té tenga un efecto sobre la ginecomastia prepuberal es inexistente. Los fitoestrógenos generalmente tienen una actividad hormonal muy débil, y es improbable que las cantidades de aceite esencial que ingresan al cuerpo a través del uso del producto tengan un efecto significativo.
Referencias:
- Cadby PA, Troy WR, Vey MG 2002 Consumer exposure to fragrance ingredients: providing estimates for safety evaluation. Regulatory Toxicology & Pharmacology 36: 246-252
- Cal K 2006 How does the type of vehicle influence the in vitro skin absorption and elimination kinetics of terpenes? Archives of Dermatological Research 297: 311-315
- Chadwick LR, Pauli GF, Farnsworth NR 2006 The pharmacognosy of Humulus lupulus L. (hops) with an emphasis on estrogenic properties. Phytomedicine 13: 119-131
- Colón I, Caro D, Bourdony CJ et al 2000 Identification of phthalate esters in the serum of young Puerto Rican girls with premature breast development. Environmental Health Perspectives 108:895-900
- Cross S, Roberts M 2006 In-vitro human epidermal membrane penetration of tea tree oil components from pure oil and a 20% formulation. A report to RIRDC (Australian Rural Industry Research and Development Corporation)
- Cross SE, Russell M, Southwell I et al 2008 Human skin penetration of the major components of Australian tea tree oil applied in its pure form and as a 20% solution in vitro. European Journal of Pharmaceutics & Biopharmaceutics 69:214-222
- Darbre PD 2006 Environmental oestrogens, cosmetics and breast cancer. Best Practice & Research Clinical Endocrinology & Metabolism 20: 121-143
- Duty SM, Ackerman RM, Calafat AM et al 2005 Personal care product use predicts urinary concentrations of some phthalate monoesters. Environmental Health Perspectives 113:1530-1535
- FMA 2007 http://www.fmafragrance.org/sub_pages/020107henleyresponse.pdf
- Henley DV, Lipson N, Korach KS, Bloch CA 2007 Prebubertal gynecomastia linked to lavender and tea tree oils. New England Journal of Medicine 365(5): 479-485
- Howes M-JR, Houghton PJ, Barlow DJ et al 2002 Assessment of estrogenic activity in some common essential oil constituents. Journal of Pharmacy & Pharmacology 54:1521–1528
- Jäger W, Buchbauer G, Jirovetz L et al 1992 Percutaneous absorption of lavender oil from a massage oil. Journal of the Society of Cosmetic Chemists 43:49-54
- Lovekamp-Swan T, Davis BJ 2003 Mechanisms of phthalate ester toxicity in the female reproductive system. Environmental Health Perspectives 111:139-145
- Neustaedter R 2007 http://www.cureguide.com/Natural_Health_Newsletter/Lavender_Dangers/lavender_dangers.html
- Nielsen JB 2008 What you see may not always be what you get – bioavailability and extrapolation from in vitro tests. Toxicology in Vitro 22:1038-1042
- Nielsen JB, Nielsen F 2006 Topical use of tea tree oil reduces the dermal absorption of benzoic acid and methiocarb. Archives of Dermatological Research 297:395-402
- Parks LG, Ostby JS, Lambright CR et al 2000 The plasticizer diethylhexyl phthalate induces malformations by decreasing fetal testosterone synthesis during sexual differentiation in the male rat. Toxicological Sciences 58:339-349
- Reichling J, Landvatter U, Wagner H et al 2006 In vitro studies on release and human skin permeation of Australian tea tree oil (TTO) from topical formulations. European Journal of Pharmaceutics & Biopharmaceutics 64: 222-228
Robert Tisserand
¿Puede el aceite de lavanda provocar el crecimiento de los senos en los niños?
20 de Octubre del 2021
Artículo original en inglés: https://tisserandinstitute.org/lavender-breast-growth/
La afirmación de que el aceite esencial de lavanda está relacionado con el crecimiento mamario prepuberal en niños ha estado circulando desde 2007. La publicación más reciente de casos, en 2019, catapultó esta afirmación nuevamente al centro de atención, desafortunadamente con más sensacionalismo que evidencia sólida.
Vea una grabación de la presentación de Robert Tisserand donde desafía el vínculo entre el aceite de lavanda y casos reales, con la ayuda de nuevos análisis de laboratorio y un estudio epidemiológico.
A continuación encontrará:
- Una grabación de la presentación de Robert Tisserand del 20 de octubre de 2021
- Un folleto descargable de las diapositivas de la presentación: haga clic AQUÍ
- Un PDF descargable con enlaces a todas las investigaciones mencionadas, así como otros recursos: haga clic AQUÍ
- Informes de GC-MS para los productos analizados: haga clic AQUÍ , AQUÍ , AQUÍ , AQUÍ y AQUÍ (nota: NO estamos estableciendo un vínculo entre estos productos y el crecimiento mamario prepuberal. Los análisis se comparten solo para mostrar el alcance de los componentes del aceite de lavanda presentes).
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